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Laura (tienda) vive en León y empezó con El rincón de los hilos hace tres años. Primero como blog y hace aproximadamente un año se planteó poner en venta sus creaciones.

“Desde que recuerdo, con unos cuatro años, siempre he estado haciendo manualidades de todo tipo. Empecé a tejer con dos agujas porque veía a mi madre hacerlo y quería probar. Después, mi abuela me enseñó a coser, lo más básico, porque todas las niñas tienen que saber coser, jeje, cosas de otros tiempos. Pero yo, como buena adolescente moderna de los años noventa, dejé todo esto de lado por considerarlo cosa de abuelas…”

Lo cierto es que nada tienen que ver las labores que se hacen ahora con las que ella veía cuando era pequeña. Los colores cambian, los materiales, las técnicas se perfeccionan, aunque la esencia de todo aquello pervive y eso es lo que más le gusta ahora. El caso es que después de tanto tiempo y viendo las nuevas maravillas que se creaban, el gusanillo por todo esto le volvió con más fuerza que nunca y espera que continúe con ella para siempre, porque cree que no podría vivir sin él. Lo que antes le parecía antiguo, viejo, pasado de moda, ahora rodea toda su vida y quiere que siga así.

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Ana (tienda) es de un pueblecito de Córdoba, donde nació, se crió y sigue viviendo.

“Siempre sentí necesidad de investigar, estudiar y crear, pero dejé el bachillerato y me dediqué a coser y más adelante a formar una familia. Como desde siempre tenía la espinita clavada por haber dejado mis estudios, hace tres años decidí matricularme y sacarme el bachillerato y una vez resuelta esa asignatura pendiente, este año he hecho mi primer curso de inglés, y tengo pendiente algo con diseño gráfico.”

Últimamente ha trabajado para tiendas de ropa de hogar como costurera, que es donde mejor se desenvuelve. Aunque ahora ha llegado el momento de intentar lo que siempre ha tenido en mente, trabajar para sí misma y con algo que realmente le apasiona: las telas.

“He sentido desde pequeña atracción por por las telas, disfruto dándoles forma, convirtiéndolas en algo útil y bello. Para mí es como si, trabajándolas con mimo, les diera vida. Por ello quise mezclar estas dos palabras “mimo” y “tela” y dar este nombre a mi proyecto.”

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Marta (tienda) estudió psicología y durante años tuvo un trabajo de cero creatividad y que la consumía y no dejaba tiempo para nada más.

“Me fui para crear Garnata, que en un primer momento fue tienda física. Durante este último año he tenido una modesta tienda en Granada de calzado de señora, donde los complementos eran todos artesanales, unos comprados, otros hechos por mí. Sobre todo cositas pequeñas, que es lo que más me gusta.”

Aunque la tienda no ha funcionado bien y tuvo que cerrar a finales de mayo, sigue volcada en intentar sacar este proyecto adelante.

“La inspiración me viene con las telas, son tan preciosísimas que no hace falta (casi) nada más: entretelas, boquillas, cadenas y relleno; para cojines, muñecas y demás… En un principio los bolsos no me convencían por los cierres que les ponía, hasta que llegaron las boquillas para quedarse. Además de otros modelos de bolsos, quiero hacer cuadros con un soporte muy liviano, la tela, y a disfrutar. Hice unos pequeños con una maravillosa tela de Laurel Burch y quedaron magníficos, combinados con cojines de la misma tela.”

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Nieves Torres (tienda) tiene 29 años, es ingeniera química, flautista y, desde hace 7 meses, mano de obra de Ganxet. Vive en un pueblo de la provincia de Alicante, en el carrer Ganxet, de ahí el nombre.

“Actualmente trabajo a media jornada como responsable de laboratorio en una depuradora de aguas residuales, nada glamuroso y que tiene poco que ver con Ganxet, así que la otra media jornada la ocupo con la máquina de coser, los hilos y las telas (oooh y el inglés!!).”

Lleva poco tiempo con este proyecto, desde octubre de 2011, menos de un año. Pero aunque ha empezado de cero con la máquina de coser, ya tenía nociones de costura. De pequeñita ha visto a su abuela coser en su vieja Singer y, siempre que podía, le ayudaba.

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[singlepic id=5948 w=430 h=430 float=left]Elisa Arias (tienda) nació y creció en Málaga y tiene 30 años. Es licenciada en biología por la universidad de Málaga (UMA) y le encanta la naturaleza, sobre todo las plantas. Se especializó en microbiología y estuvo un año y medio trabajando en la universidad.

“Mi madre es costurera y siempre la he conocido detrás de una máquina de coser o con una aguja en la mano. Así que yo, con 13 – 14 años andaba siempre haciendo vestidos para muñecas, bolsitos, monederos… También aprendí punto, crochet, bordado… mi curiosidad y ganas de aprender eran insaciables. Mi primera máquina me la regaló mi madre, una Alfa del año 80, que yo rompí sin querer cuando se me cayó al suelo. Un descuido fatal.”

Tras un parón en este mundo para dedicarse a sus estudios, hace un año y medio que lo ha retomado. Además, escribe poesía y prosa, juega al pádel, le encanta viajar y ver cine y adora la música r&b. La fotografía y la restauración son otras de sus pasiones.
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Edurne Arribillaga (tienda) tiene 29 años y es de Donostia, San Sebastián. Tiene estudios de Diseño Gráfico/Web y Fotografía. Desde siempre le han gustado las manualidades y el dibujo, era su asignatura favorita en el cole! De pequeña tenía muy claro que de mayor su profesión iba a estar ligada a la creatividad.

“Durante dos años fui a clase de pintura al óleo, me encantaba y me sigue gustando aunque ahora lo tengo un poquito apartado. Me apasiona el arte en todas sus vertientes: la pintura impresionista, me fascinan las obras de Monet, perderme por galerías y museos, la literatura nórdica, la ilustración infantil, la naturaleza y los animales… sobre todo los gatos (siempre me han parecido enormemente misterioros e inteligentes).”

En el 2010 se apuntó a un curso de bisutería artesanal, más por hobbie que otra cosa, en el que aprendió un montón durante casi 2 años. Es aquí donde conoció una técnica japonesa llamada miyuki, y hace escasamente un año empezó a vender sus broches y anillos de madera pintados a mano con algunas de sus ilustraciones.

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Pilar Segura (tienda) vive en Barcelona, para ella una ciudad maravillosa donde el mar es su principal estímulo. Aunque apenas lleva 1 año desde que inició este proyecto ya ha realizado todo tipo de productos como bolsos, collares, bolsos de mano, pulseras, neceseres y en unas semanitas vendrán las fundas para iPad.

“Hay un producto que a mí me hace mucha ilusión porque me hacen recordar a mi abuela. Son los monederos de mano con cierre metálico o kiss lock. Desde pequeña he vivido rodeada de hilos y tejidos, mi abuela me hacia vestidos para las muñecas y mi madre para mí. Por eso siempre he tenido una aguja y un hilo en mis manos y he sido un poco especial con la ropa. No me gustaba lo que llevaba todo el mundo, quería algo original y diferente, así que mi madre me hacía la ropa y yo los complementos. Con los años, no podía ser de otra manera, estudié diseño de moda aunque más tarde, después de unos años de trabajo y viendo que mis cargos en las empresas subían de nivel, decidí estudiar económicas, que es otra de mis pasiones.”

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Amaia (tienda) es de un pueblo de Donosti y trabaja en publicidad. Como muchas otras personas, creció viendo a su abuela hacer punto y salseando entre estuches y bufandas más o menos bien tejidas.

“Supongo que ha sido una necesidad vital la que me ha hecho volver a trabajar con la lana, la necesidad de sentir que al final del día soy capaz de crear algo propio, ya que el mundo en el que me muevo es algo efímero. Me gusta la lana y tejer con ella, imagino que por esa influencia de mi abuela. Casi todo lo que hago está hecho a ganchillo y, por mi personalidad práctica, casi siempre intento hacer cosas útiles. Por eso, aunque a veces dibuje, no suele ser lo más habitual.”

Le encantaría hacer cosas con tela también, pero reconoce que las primeras incursiones han sido nefastas. Tendrá que seguir intentándolo y mejorando poco a poco. Su pieza más característica hasta ahora han sido las cintas para la cabeza. El año pasado hizo muchas porque se las pedían como regalo de Navidad, y ella también las usó mucho por lo prácticas que son.

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Helena es portuguesa, graduada en Relaciones Internacionales y Microbio es un proyecto nacido de la apelación creativa del color y la pasión por las cosas hechas a mano y la artesanía.

“Empecé muy pronto, como una ninña pequenña haciendo cosas para mis muñecas y después ropa para mí con las plantillas de Burda. A mí me ensen?ó mi abuela con una vieja máquina Singer, y así es como descubrí mi pasión por la tela.”

Aunque no se arrepiente de su elección de los estudios, se dio cuenta que toda su vida de trabajo se limitaba a una oficina y no es lo que le motiva en la vida. Tuvo algunos trabajos a tiempo completo, conoció gente interesante, pero color fue sin duda lo que siempre faltaba en su vida.

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Charo Román (tienda) es de Elche. Tras cursar sus estudios de patronaje textil acabó dedicándose a la moda pero desde otro punto de vista: haciendo realidad los sueños de otros.

“Durante muchos años me he dedicado junto con mi pareja, que también estudió diseñó y patronaje de calzado, a hacer reales las ideas de otros diseñadores. Nos dedicamos en colaboración con fabricantes de calzado y marroquinería a llevar a cabo las colecciones de otros diseñadores en la zona de Alicante.”

Hace seis meses nació aseismanos paralelamente a esta actividad. Siempre les han gustado las manualidades y fabricar cosas por ellos mismos. La tercera en la familia, Alba, también comparte con esta pasión y de ahí viene el nombre de aseismanos.

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