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Lovely Kikily (tienda) está compuesto por Yara, estudiante de historia del arte, Tania, dedicada al mundo del turismo, y Amelia, madre de ambas y ama de casa con mucho talento. Las tres viven en Barcelona.

“Excluyendo a Yara, ¡nuestros perfiles no suenan muy creativos! Pero la realidad es que en casa, desde que tenemos memoria, siempre ha habido alguien creando algo: la abuela haciendo una muñeca de trapo, papá restaurando un mueble, Yara pintando, Amelia tejiendo una bufanda… Las horas muertas y las tardes perezosas en el sofá nunca han existido en casa.”

Siempre habían hecho cositas para ellas mismas o para regalar pero, finalmente, animadas por la familia y amigos, pusieron en marcha este pequeño proyecto a finales de 2010. Aprendieron gracias a sus abuelas y por ellas existe hoy Lovely Kikily, Handmade Accesories. Incluso el nombre viene de una de ellas.

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Rocío (tienda) tiene 24 años, es de Madrid, bióloga, y se dedica a la investigación del cáncer.

“Debido a las circunstancias de crisis económica, intento desarrollarme también como diseñadora de accesorios. A pesar de tengo formación en ciencias, desde pequeña siempre he mostrado interés hacia el mundo de las artes y el DIY, y he ido fraguando una de mis pasiones, que son las manualidades y el diseño de complementos y accesorios, como parte esencial en mi vida.”

Lleva haciendo este tipo de cosas desde que era pequeña y ha pasado por todo tipo de materiales, como el punto de cruz, bisutería con Swarovsky, fimo, arcilla… pero en los últimos meses se ha empezado a decantar por el fieltro y los accesorios vintage. Intenta crear accesorios sencillos y divertidos, para todos los bolsillos, con todo el cariño y el cuidado que puede.
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Estefanía es de Ontinyent, Valencia, pero vive desde hace unos años en Logroño, La Rioja.

“Siempre me ha gustado el mundo de las manualidades pero no fue hasta hace como 3 años que empecé a crear complementos. A la gente que me rodea parece gustarle lo que hago así que decidí crearme un blog para darlo a conocer y poder conocer a gente que comparte mis aficiones.”

Le gusta tocar todo tipo de materiales, pero ahora le llama mucho la atención la madera, tanto para cortarla como para pintarla. Y tiene ganas de probar también con la porcelana. Encuentra inspiración en otros blogs, en fotografías o en la propia ropa que pide a gritos que le pongas un collar…

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Tony es una chica de Barcelona que estudió Diseño de Moda en la Escuela Disseyn Jove, aunque actualmente se dedica a elaborar diferentes complementos.

“Trabajé en diseño durante unos años, pero por motivos personales lo tuve que dejar. Hace ya un año y medio que empecé a realizar mis complementos: collares, pulseras, pulseras para chico, llaveros… No tengo formación específica para esto, ni he realizado cursos, me guio por la inspiración y lo poquito que he aprendido por mi cuenta.”

Las técnicas que emplea para elaborar sus piezas son el punto de macramé, nudos y trenzas. Para ello suele utilizar materiales como el algodón, lino, cuero y antelina. Y para las de metal: zamac, madera, resina, asta, minerales…
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Aina y Tanit son hermanas y las que hace posible este proyecto lleno de color. Su lema es: El color da vida, algo que intentan transmitir en todos sus productos.

“Tras la sugerencia de una amiga, decidimos participar en la Feria de la Candelaria (Molins de Rei) de 2002 con la primera colección de los colorines de fieltro. Nunca habíamos pensado en dedicarnos a la creación de complementos, pero nos pareció una buena oportunidad para exponer nuestros trabajos y ganar un dinerillo.”

Casi diez años después siguen creando colecciones exclusivas elaboradas con fieltro y telas atemporales. Clips, diademas, broches, pendientes, anillos… elaborados con telas antiguas, retros, japonesas, flamencas y divertidas, delicadas y coloristas. Todas elegidas cuidadosamente según la estación del año para luego recicarlas y combinarlas con muy buen gusto.
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Mar tiene 29 años y es de Barcelona, donde estudió diseño de moda y donde actualmente reside y tiene su taller.

“Desde pequeña he invertido mi tiempo en hacer cosas de tipo creativo como la pintura, la música y la costura, que vino más tarde, pero para instalarse en mi vida para siempre.”

En Madrid empezó a hacer ropa y complementos y a venderlos en tiendas bajo el nombre de Font de Mar, pero su aventura madrileña no duró más de dos años y decidió volver a Barcelona, con aire renovado, una pizca más de experiencia y muchas ganas de seguir creando para dar forma a su proyecto. De esa ilusión nace Mareíto hace dos años, una marca de complementos que poco a poco se ha ido convirtiendo en el eje central de su vida.

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Thayza Melo es brasileña y hace 2 años que puso en marcha Santa Mistura, después de hacer un curso de diseño de complementos de moda.

“De ahí en adelante hice una colección y salí a venderla yo misma a las tiendas. Las piezas iban gustando y la producción creciendo, por lo que me he decidido a llevar esto muy en serio. Así vino París y la feria SIMM después, donde pude presentar mi trabajo.”

En sus colecciones puedes encontrar broches, anillos y pendientes y preciosos y originales bolsos y colgantes. Sus complementos tienen un aire romántico, vintage y naif; y están confeccionados con diferentes materiales, estampados e ilustraciones.

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Tatiana García nació en Perú en 1974. Estudió Fashion Merchandising en Miami y allí aprendió todo lo relacionado con tendencias, estilismo, montaje de tiendas y escaparates, que luego pudo aplicar trabajando durante varios años en su país natal.

“Posteriormente me vine a Madrid y empecé colaborando con la revista MMModa del Grupo Condenast. Más tarde trabajé con uno de los grandes grupos de moda de España encargándome de la apertura de sus tiendas en toda Europa. Cansada de ese mundo tan competitivo y frío, y con dos palabras en mi cabeza: libertad y creatividad, decidí dejar la empresa para estudiar diseño de joyas y comenzar a trabajar por mi cuenta con mis diseños.”

Tenía claro que quería incorporar textiles y pensó en botones forrados, pero estos no daban la facilidad de quitarse y ponerse por sí solos. Fue cuando se le ocurrió trabajar con chapas forradas en tela y así comenzó su aventura: reinventando las chapas para convertirlas en un elemento fashion alejado del medio alternativo, del merchandising o de protesta, al que siempre habían sido asociadas.

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Marta y Yolanda Cabrero son hermanas, ambas nacidas en Zamora y residentes en Alicante.

“Soy diseñadora gráfica y siempre he trabajado en agencias de publicidad y diseño web.

Mi hermana Marta es profesora de matemáticas, nada relacionado con lo artístico, pero a ambas nos ha gustado desde pequeñas hacer cosas creativas.”

En el 2008, después de darle muchas vueltas, crearon Conuco, para poder hacer aquello que les gusta. Para ellas es una necesidad poder dar forma a las cosas que uno idea en su cabeza.

“Conuco es nuestro particular taller de diseño rural. De diseño porque en nuestra marca damos mucha importancia a la imagen y presentación final, y rural porque en él se trabaja de forma artesanal haciendo cada objeto único. Nuestro lema: soy perfecto porque soy imperfecto.”

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Patricia se crió en Almería pero se mudó a Barcelona en el año 96 para estudiar diseño de moda y se quedó durante diez años trabajando en varias empresas del sector.

“Hace cuatro años que decidí regresar a mis orígenes andaluces y probé suerte en varias empresas de Granada, pero dada la precariedad del trabajo por estos lares hace tres años y medio que decidí tirarme a la piscina y monté lo que ahora es mi negocio.

En un principio la idea era tener mi propia tiendecita en la que exponer las prendas que yo misma hacía pero dado lo difícil de la situación económica actual hace dos años que empecé a montar colecciones para ofrecerlas en otras tiendas. Es por esto que ya cuento con cerca de diez puntos de venta por toda España incluida mi tienda aquí en Granada.”

En las cuatro colecciones que monta al año (al principio empezó sólo con dos) procura que haya varios estilos para así conseguir llegar al mayor público posible, así se pueden encontrar prendas muy casual y divertidas para llevar en el día a día como alguna prenda para lucir en ocasiones más especiales.

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